jueves, 27 de febrero de 2014

la penumbra






 Estoy sentado en la esquina del cuarto junto a la ventana: Los perros están plácidamente dormidos junto a mí. No hay radio ni música. No hay ruido de la calle. El sonido más fuerte es el de la pluma sobre el papel. Poco a poco amanece pero en la habitación aún prevalece la luz de la lámpara. Es con esa luz que cuando levanto la vista del papel veo el cuadro de Jose frente a mí. Jose en su habitación, Jose en su palomar lleno de tanta luz que tenía casi constantemente echadas las persianas para no quedar cegado. En aquella penumbra se recluía durante horas.





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