miércoles, 9 de julio de 2014

cuadros en los que ocurren cosas

Cuando era niño, muy niño, recuerdo que me fascinaba un libro que había en  casa que se llamaba “Grandes Pinacotecas Del Mundo”. Cuando eres niño el tiempo corre distinto así que aunque tengo la sensación de que pasaba horas mirando las ilustraciones del libro, Pero es probable que fueran sólo ratitos. Lo que importa es que el tiempo se detenía, igual que en los cuadros del libro, y me permitía observar a placer al contrario de lo que  ocurría con la tele; ni por supuesto con la vida en general. Lo cierto es que yo no entendía nada. Ni de lo que pasaba en aquellos cuadros, ni en la tele, ni por supuesto en la vida. Hay cosas que no cambian. 

.
un abrazo. oleo sobre tabla. 56 X 122


Me gustaban especialmente los cuadros de Rubens, con aquellas señoras con la cara repetida a las que les pasaban cosas tan raras y luego los caballos congelados en posiciones inverosímiles con los ojos desencajados y esas  crines tan sedosas que te apatecía acariciar... Daba igual no entender nada de lo que ocurría porque lo importamte era que tenías todo el tiempo del mundo para disfrutarlo. Podías cerrar el libro y cuando lo volvieras a abrir las señoras en pelotas y los caballos cabreados iban a continuar exactamente en el mismo equilibrio.

hoguera abandonada. óleo sobre tabla. 56 X 122


Ya siendo un poco más mayor me sigue gustando mirar cuadros en los que no sé qué ocurre. Incluso me gusta pintarlos porque me divierte comprobar que lo que ocurre no tiene importancia hasta que en el cuadro no alcanza el equilibrio. Al parecer eso es lo que importa. 

cauce seco. óleo sobre tabla. 56 X 122

No hay comentarios: